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El Silvio zombi ilustra el mes de Febrero en el calendario del
Especial Miedito de El Jueves, que ya está en los kioscos.
La verdad es que esto me viene estupendamente para hablar de un tema que me apetecía tratar desde hace un tiempo y que empieza a provocarme bastante miedito:
la corrección de textos. El dibujo que he colgado es la versión original que envié a la revista. En la que ha salido publicada han eliminado el guión de “post-adolescente” y han puesto “postadolescente” (que, por cierto, es una palabra inexistente) Para colmo, al mover el “post” han descentrado la palabra en el dibujo respecto al resto. Y todo esto, por supuesto, sin consultarme nada.
Es muy posible que a mucha gente esto le parezca una chorrada como un piano, pero a mí este tipo de cosas me sacan bastante de quicio. De hecho, ya es la segunda vez que tengo que escribir quejándome a los correctores de textos de El Jueves por una historia parecida. Si yo escribo algo de una determinada manera es porque
yo quiero verlo escrito así y si no les parece correcto me parece perfecto que me lo indiquen, pero
yo debería tener la última palabra...¿qué pasa?¡soy un puto loco maniático!!
Y es que, al menos desde hace un tiempo, los correctores de la revista tienen la espantosa manía de añadir comas, signos de admiración o puntos donde a ellos les parece que faltan (hacédselo a Ivà si tenéis narices!!). Entiendo que te pongan un acento que se te ha pasado, pero que te “arreglen” los diálogos me pone negro. Por poner un ejemplo, recuerdo un
“¡todo el mundo con la misma historia!” que me cambiaron a
“¡todo el mundo, con la misma historia!” Tal vez la Real Academia de la Lengua lo vería un cambio muy oportuno, pero a mí me parece una manera estupenda de romper el ritmo de la frase.
Yo creo que en los tebeos, los textos están tan unidos al dibujo que los autores podemos permitirnos algunas licencias ortográficas para enfatizar determinadas palabras u onomatopeyas. Yo no leo igual un “pero, ¿¡qué dice usted?!” que un “¿pero qué dice usted?!!” pero si un corrector se encuentra con la segunda, es capaz de cambiártela a la primera porque es “la correcta”.
El otro día me enviaron las correcciones de
El manual de mi mente. Por suerte, se han limitado a indicarme qué cosas no están escritas correctamente y yo he podido decidir cuáles quería corregir y cuáles dejar igual.
La verdad es que algunas correcciones me han parecido fascinantes, como un par de casos en los que detectaron que un personaje se dirigía a otro llamándole por el nombre equivocado!...¡Dios, ni yo me leo mis tebeos con tanto detalle!
También descubrí que durante años estuve acentuando la palabra “ti” (p.e. “para ti”) o que muchas veces escribía “porqué” en lugar de “por qué”… o “solo” cuando lo correcto era “sólo”…Aunque en este caso, creo que los mismos correctores no lo tienen muy claro porque según la norma, el acento en “solo” únicamente sería necesario si hay peligro de confusión con la idea de “soledad”… Creedme, sé de lo que hablo; ¡vivo con una profesora de Lenguaje! ¡Tengo al enemigo en casa! ja ja
Algunos ejemplos:
"¿Ah, sí?" no vale, es "Ah, ¿sí?" (ah, sí??)
"Sub-mierda" no es correcto, se escribe "Submierda" (¡pero si esa palabra me la he inventado yo!!)
No es "Súper-fácil", es "Superfácil"...(¿y no sería más súper-fácil dejarlo como está?)
Quiero que algún día, los signos de admiración en castellano al principio de las frases sean optativos. Ésa es mi lucha. Ésa es mi lucha.
Por favor, no se quejen a la editorial cuando descubran que mamá no pone acentos...¡es culpa del personaje!
Grandes cagadas: Rubén era Moñoño y Margarita era Josefina.